
A principios de agosto de 2025, la ex copresentadora Rosie O’Donnell recurrió a TikTok para afirmar que ABC estaba realizando una “revisión de sesgo liberal” como pretexto para cancelar The View.
Dijo que la supuesta auditoría era un “código” para eliminar uno de los programas insignia de la televisión diurna en medio de la presión de la administración del presidente Trump. La afirmación desató de inmediato una tormenta: Fox News destacó la advertencia de O’Donnell el 8 de agosto de 2025, dando amplia difusión al rumor.
Espectadores y analistas estallaron en debate, diseccionando cada palabra y cuestionando si señalaba una censura genuina o una alarma infundada.
El Juego De Los Números

Poco después, analistas de medios se abalanzaron sobre un informe que parecía cuantificar el sesgo del programa. El conservador Media Research Center calculó que entre enero y julio de 2025, The View invitó a 102 personas identificadas como liberales y a cero identificadas como conservadoras.
Fox News amplificó esta estadística el 30 de julio de 2025, calificando la brecha como un claro indicador de desequilibrio ideológico.
Los críticos aprovecharon las cifras como evidencia de un sesgo sistémico. Los defensores del programa respondieron que simplemente contar invitados puede ser engañoso: muchos no encajan fácilmente en etiquetas políticas, y las propias presentadoras suelen desafiar puntos de vista liberales.
Para los espectadores de toda la vida, los datos solo reforzaron la reputación de The View por su inclinación liberal.
Contexto Histórico

Barbara Walters lanzó The View en 1997 como una plataforma pionera para las voces femeninas en noticias y entretenimiento. Para mediados de 2025, el programa entraba en su temporada número 28, una longevidad notable en la saturada franja diurna.
Su formato presenta un panel rotativo de presentadoras—desde periodistas y comediantes hasta ex políticas—que debaten sobre actualidad y cultura pop.
El tono del programa históricamente ha tendido hacia la izquierda, reflejando la visión progresista de Walters, aunque ocasionalmente ha recibido a invitadas conservadoras para fomentar el debate.
A lo largo de los años, The View ha superado muchas controversias pero se ha mantenido como un pilar en la programación de ABC, sobreviviendo gracias a la mezcla de debate político serio con entrevistas a celebridades.
Presión Corporativa

En mayo de 2025, surgieron informes de tensiones tras bambalinas en ABC. The Daily Beast reveló que el CEO de Disney, Bob Iger, y el presidente de ABC News, Almin Karamehmedovic, habían instado en privado a las presentadoras de The View a moderar sus comentarios políticos.
La reunión supuestamente tuvo lugar tras la sorpresiva victoria de Trump, reflejando la preocupación ejecutiva de que los debates inclinados a la izquierda pudieran provocar reacciones adversas.
Personas internas dijeron que Iger advirtió a las presentadoras que “tuvieran cuidado” con el tono, ilustrando la preocupación corporativa de que los debates agudos del panel pudieran alejar a la audiencia o atraer atención no deseada.
Aunque estas reuniones fueron confidenciales, la historia alimentó la especulación de que incluso la propia dirección de ABC estaba incómoda con el rumbo del programa.
Rumor Vs. Realidad

En realidad, personas internas de ABC dicen que los rumores eran infundados. Una investigación de Variety (7 de agosto de 2025) confirmó que no había ninguna “revisión de sesgo liberal” formal en marcha sobre The View.
En cambio, los periodistas descubrieron que los comentarios de O’Donnell en TikTok provenían de una charla malinterpretada sobre retroalimentación editorial rutinaria, no de un plan oficial de cancelación.
Crucialmente, ABC ya había aprobado la temporada 29 del programa para el otoño de 2025, noticia que contradecía directamente los rumores de cancelación.
La cadena reafirmó públicamente la importancia de The View en su programación, desmintiendo efectivamente el rumor. La verdad era lo opuesto a lo que afirmaba O’Donnell: la alarma se basó en un malentendido, no en una acción documentada de ABC.
Realidad De Las Audiencias

Detrás de los rumores, las cifras de audiencia de The View contaban otra historia: el programa en realidad estaba creciendo. Los datos de Nielsen para el primer trimestre de 2025 muestran que The View promedió unos 2,62 millones de espectadores—un aumento del 4% respecto al año anterior, marcando su séptimo trimestre consecutivo de crecimiento.
Aunque el nuevo The Faulkner Focus de Fox superó a The View en un día de enero (2,552M vs. 2,508M espectadores), el programa lideró consistentemente su franja horaria el resto del tiempo.
Analistas de medios enfatizan que los programas exitosos (“hits”) rara vez se cancelan por razones de contenido; el éxito continuo de The View hace que cualquier rumor de cancelación parezca poco probable. En términos de la industria, mientras el programa aporte audiencia e ingresos publicitarios, se considera seguro.
Intereses Personales

Rosie O’Donnell tiene un interés personal en este debate. Fue copresentadora de The View en 2006–07 y brevemente en 2014, y se mudó a Irlanda tras la primera elección de Trump en 2016 (alegando desilusión política).
En su TikTok de agosto de 2025, O’Donnell citó un poema de la era del Holocausto sobre la persecución, sugiriendo que cancelar The View sería como silenciar la disidencia bajo un régimen represivo.
Esta retórica dramática subraya la pasión con la que ve el tema: para O’Donnell, el programa no es solo entretenimiento, es una plataforma que vale la pena defender.
Al invocar esa imagen, presentó la posible cancelación como parte de una lucha mayor contra el silenciamiento autoritario.
Temblores En La Industria

En julio de 2025, algunos medios comenzaron a presentar los cambios en la programación nocturna como motivados políticamente. Screen Rant informó que CBS había cancelado discretamente The Late Show with Stephen Colbert debido a grandes pérdidas (alrededor de $40 millones al año).
El mismo informe señaló que Paramount pagó unos $16 millones para resolver una disputa relacionada con una entrevista a Trump. En conjunto, esto sonaba como si las cadenas estuvieran recortando voces liberales.
En realidad, CBS no hizo ningún anuncio de cancelación y el equipo de Colbert no dijo nada.
Muchos analistas de la industria advirtieron que la historia de Screen Rant parecía especulativa: CBS tenía otras preocupaciones presupuestarias y el caso Trump se manejó como un asunto legal aparte.
Expertos dijeron que parecía más un ajuste financiero rutinario que una purga política orquestada. —Fuente: Screen Rant, 11 de agosto de 2025
Dinámica De Mercado

En un contexto más amplio, la situación de The View ocurre en medio de un cambio generalizado en la industria. La programación nocturna ha visto enormes caídas en ingresos publicitarios—de unos $439 millones en 2018 a unos $220 millones en 2024—a medida que las audiencias migran a streaming y redes sociales. Las cadenas han respondido recortando costos.
Por ejemplo, CBS canceló su propia serie After Midnight (un spin-off nocturno) e incluso talk shows diurnos como The Talk fueron eliminados en los últimos años.
Para muchos observadores de medios, estos movimientos se deben a la economía más que a la política: mantener talk shows es más riesgoso cuando los ingresos publicitarios disminuyen. Los recortes reflejan realidades de mercado, no agendas de censura.
La Casa Blanca Entra En Escena

A mediados de agosto de 2025, Fox News llevó la historia a un nuevo nivel. Según Fox, un asesor de la Casa Blanca llamado “Taylor Rogers” supuestamente llamó a Rosie O’Donnell una “perdedora irrelevante” y le dijo a Joy Behar que “se autodeportara” a Irlanda.
De ser cierto, sería una intromisión política sin precedentes en la programación de entretenimiento. Sin embargo, la oficina de prensa de la Casa Blanca nunca confirmó estos comentarios y ningún otro medio los verificó de forma independiente.
Analistas de medios señalaron que esta “mini-revelación” parecía basada en rumores poco sólidos.
Aunque la controversia había llegado al nivel presidencial, la cita específica de Rogers seguía sin corroborarse. Este episodio ilustró cómo, en ese momento, las afirmaciones sensacionalistas superaban a los hechos verificados.
Tensiones Internas

Personas internas dicen que las presentadoras veteranas de The View no tomaron a la ligera las advertencias corporativas. The Daily Beast informa que panelistas como Joy Behar y Whoopi Goldberg se resistieron cuando los ejecutivos les pidieron moderar el discurso político.
Las presentadoras argumentaron que el debate animado es central para el atractivo del programa y lo que espera su audiencia—que The View es, en esencia, un foro para opiniones fuertes.
En pantalla, simplemente continuaron con discusiones apasionadas, señalando que el tono provocador del programa no era negociable.
Tras bambalinas, el panel dejó claro que no iba a silenciarse: creen que la audiencia sintoniza para escucharlas expresar sus opiniones
El Dilema Disney

El CEO de Disney, Bob Iger, está acostumbrado a equilibrar prioridades en competencia. Un perfil en Los Angeles Times (diciembre 2024) señaló que la amplia cartera de Iger—de Marvel y ESPN a medios internacionales—significa que navega constantemente presiones políticas y económicas.
Debe proteger la libertad creativa de los estudios y divisiones de noticias de Disney, incluso mientras la empresa colabora estrechamente con gobiernos de todo el mundo (incluida la nueva administración estadounidense).
Analistas señalan que, aunque Disney enfatiza públicamente la autonomía, contenidos como The View inevitablemente implican estrategia de alto nivel.
La controversia pone así en evidencia el acto de equilibrio de Iger: debe decidir cuánto peso dar a las preocupaciones políticas o de anunciantes sin sofocar a los equipos creativos.
Estrategia De Supervivencia

A principios de agosto de 2025, ABC actuó con decisión para acallar los rumores. La cadena anunció que The View regresaría para su temporada 29 en septiembre, contradiciendo directamente los rumores de cancelación.
Los ejecutivos señalaron que The View ha sido el talk show diurno número 1 durante cinco temporadas consecutivas, subrayando su éxito continuo. Los anunciantes siguen comprometidos y los directivos de Disney enfatizan que el programa entrega consistentemente su audiencia. En efecto,
La renovación sirvió como refutación práctica: al extender oficialmente el programa, ABC indicó que el desempeño financiero, no el ruido político, determinaría su destino.
Escepticismo Experto

Los analistas de la industria eran en su mayoría escépticos de que la política por sí sola pudiera impulsar cambios de programación. Los datos de audiencia muestran que The View no ha sufrido una caída pronunciada—de hecho, sigue superando a la mayoría de sus competidores en el mismo horario.
Los expertos insisten en que las cadenas solo cancelan programas cuando no rinden financieramente. Es decir, un programa debe estar perdiendo dinero antes de enfrentar la guillotina.
Muchos observadores concluyeron que las sólidas cifras de audiencia e ingresos publicitarios de The View harían económicamente injustificable su cancelación.
Como dijo un ex ejecutivo, la decisión depende de los ingresos, no de la ideología. En resumen, los analistas sostienen que ABC mirará primero los números: si The View sigue entregando audiencia, las controversias externas por sí solas no deberían acabar con él.
Implicaciones Futuras

En perspectiva, el enfrentamiento por The View plantea preguntas fundamentales sobre la independencia de los medios. Destaca el delicado equilibrio entre la expresión creativa y los intereses corporativos: ¿cederán los productores de entretenimiento ante presiones políticas o se mantendrán fieles al contenido que demanda la audiencia?
Si las cadenas empiezan a censurar programas para complacer a políticos, los críticos advierten que el discurso público en TV podría reducirse.
Por otro lado, el hecho de que ABC renovara The View sugiere que las motivaciones de lucro aún suelen imponerse a las exigencias partidistas.
En cualquier caso, esta saga ilustra el cambiante panorama televisivo: en un mundo mediático polarizado y dominado por el streaming, la supervivencia de cualquier programa dependerá cada vez más de su viabilidad económica tanto como de su mensaje.
Arma Política

En un giro sorprendente, los reguladores entraron en escena. Entertainment Weekly informó que el presidente de la FCC, Brendan Carr, mencionó la controversia de The View durante una entrevista en Fox News, insinuando que las cadenas podrían enfrentar “consecuencias” por sesgo percibido.
Los comentarios de Carr fueron extraordinarios: el mandato de la FCC cubre indecencia y cuestiones técnicas, no la inclinación ideológica de los talk shows.
Aun así, sus palabras sugieren que el partido en el poder está probando los límites de la supervisión de contenidos. Abogados de medios señalan que, aunque la FCC técnicamente no puede exigir equilibrio de puntos de vista en el entretenimiento, incluso la amenaza de escrutinio regulatorio puede enfriar la libertad de expresión.
El episodio indica que los líderes políticos ahora ven la programación de entretenimiento como un objetivo legítimo, un desarrollo que ha dejado inquietas a las cadenas.
Perspectiva Internacional

Observadores fuera de EE. UU. siguieron el caso de cerca. Grupos de defensa de la libertad de prensa señalan el caso de The View como un referente: la forma en que la industria estadounidense maneje la presión política puede influir en normas globales.
El traslado de Rosie O’Donnell a Irlanda tras la primera victoria de Trump es citado a menudo por medios internacionales como señal de preocupación entre artistas estadounidenses por su libertad de expresión.
Algunos comentaristas europeos han comparado su situación con episodios históricos de exilio de disidentes. Internacionalmente, la narrativa es que si un popular talk show estadounidense es amenazado por su política, podría envalentonar a otros gobiernos a hacer lo mismo.
La saga de The View está siendo enmarcada por observadores globales como una prueba de la libertad de expresión en una democracia.
Límites Legales

Desde el punto de vista legal, la situación es confusa. La Primera Enmienda prohíbe la censura gubernamental del discurso, lo que técnicamente incluye la programación de entretenimiento.
Sin embargo, expertos constitucionales señalan que la presión indirecta—a través de agencias, multas o amenazas públicas—crea un área gris. Si funcionarios insinúan castigar a un programa, las cadenas podrían autocensurarse para evitar problemas, lo que genera preocupación por el “efecto inhibidor”.
Hasta ahora, no se ha aprobado ninguna ley para regular el contenido de los talk shows, y los tribunales generalmente han sido reacios a restringir el contenido televisivo por motivos políticos.
Algunos expertos legales argumentan que la Casa Blanca sigue en terreno más seguro que si intentara aprobar una ley de censura. En términos prácticos, abogados de la industria dicen que este caso será observado como precedente: si una cadena cede ante tal presión, podría sentar las bases para futuros desafíos legales.
Cambio Cultural

La polémica en torno a The View refleja un cambio cultural más amplio. Hoy, las audiencias suelen buscar medios que coincidan con sus creencias, una tendencia documentada por Pew Research.
Esta polarización significa que muchos espectadores no ven programas que consideran demasiado liberales o demasiado conservadores. Para las cadenas tradicionales, eso desafía el antiguo modelo de “amplio atractivo”.
The View siempre ha tenido una audiencia leal, mayormente liberal—y muchos espectadores conservadores simplemente lo evitan. Como observó un comentarista, podríamos estar alejándonos de los talk shows de interés general hacia una programación de nicho.
La controversia de The View ilustra la tensión: las cadenas pueden atender a un segmento específico o arriesgarse a marginar a su público principal. El resultado influirá en si los talk shows buscan el debate bipartidista o se inclinan hacia un lado para asegurar su porción de audiencia.
Reflexión Más Amplia

Este episodio resalta cómo la presión política, la fragmentación de la audiencia y las preocupaciones comerciales convergen en los medios actuales. Pew Research señala que muchos espectadores ahora eligen noticias y entretenimiento que coinciden con sus propias opiniones, haciendo que la neutralidad sea un reto.
Por ello, las cadenas pueden priorizar programas que entreguen audiencias confiables a los anunciantes. La renovación de The View demuestra que, al menos en este caso, las buenas cifras de audiencia pesaron más que la reacción partidista.
Por ahora, las cadenas pueden concluir que la economía—no la política—es la que manda, aunque el panorama mediático está claramente evolucionando. El caso de The View se ha convertido en una prueba decisiva: ¿puede una alta audiencia seguir protegiendo la libertad creativa cuando la política se vuelve tan polarizada?
Solo el tiempo dirá qué estándar—la demanda de la audiencia o la presión política—prevalecerá finalmente en la televisión del futuro.